Políticos y demás gente de mala vida (7)
Alejandro von Rechnitz
judio1943@yahoo.es Juró su cargo en falso con la tranquilidad de quien siempre había creído en falso.
El mal político hace lo que puede. El político malo hace lo que quiere.
Juzgar de la política por los discursos es como valorar la belleza de un país por los carteles de turismo.
A los políticos las elecciones les dan el Reino de Dios, el poder les da la añadidura.
El hacer política da a todos los políticos, aunque sean enemigos, un cierto aire de familia…de familia de la Mafia , por supuesto.
Que un político tenga “corazón de oro” no significa otra cosa que que sólo sintoniza con lo que es de ese metal.
En política todo es posible, hasta que cada mil años haya un político casi decente.
Es menos grave ser insultado por un enemigo que alabado por un político.
Hay políticos que luchan toda su vida por una suciedad sin clases.
Políticos hay que se entregan a todas sus labores en puerco y calma.
Mandamiento del político: No desearás la componenda de tu prójimo.
En política nadie sabe para quién se abaja.
Pienso…luego resisto.
Buen político es no el que hace fructificar las virtudes que dice poseer, sino el que explota los vicios del pueblo.
Dijo que volvería al poder, pero eran sólo “ahogadas” de pateado.
Algunos políticos no comen puerco, no por ínfulas aristocráticas, sino para no justificar a quienes les llaman caníbales.
Demagogo es quien piensa como la minoría y habla como la mayoría.
El político llama verdes a las uvas que quiere sólo para él.
El verdadero político nunca se siente culpable porque, para tener conciencia de culpabilidad, tendría que tener conciencia.
Lo que la naturaleza no da, Salamanca tampoco puede darlo, pero, si usted es político, no importa.